Pintar requiere una disciplina casi monacal en cuanto a hábito , rigor y fé. Virtudes todas difíciles de cultivar en nuestro siglo, con las obligaciones laborales, familiares y distracciones de todo tipo que nos dispersan. Pero se hace lo que se puede o nos dejan.
Espero os guste la pequeña muestra de mis escasos momentos de perseverancia.